martes, 20 de julio de 2010

BOMBONES EN EL INFIERNO




Estaba el Angel Oscuro sentado en el suelo,
destazando con su tridente la sopa de cuerpos
que se extendía en la olla tibia de sangre y especias,
aburrido de comer traidores y ladrones sin cerebro.

"Un poco de escencia de vida y algo de envidia
quizá haga que esta sopa no sea... desabrida"
decía el Angel Oscuro a un violador,
mientras con un tenedor le sacaba las tripas.

De la Tierra, cadáveres insulsos seguían cayendo,
la olla, empero, era motivo de descontento.
Nada sustancioso, nada apetitoso, nada saludable
para un demonio que necesita pecado inmenso.

Después de muchos experimentos de sazón,
el desconsolado Angel llegó a la conclusión:
"no falta odio, ni vendettas, ni remordimientos,
falta, de la humanidad, una traidora pasión".

Mandó a sus súbditos, cual patada en el trasero,
para no volver sin cumplir su preciado encargo,
de la Tierra debían llover voluptuosos encantos,
de corazón frío y conciencia roja de llantos.

Íncubos y súcubos, en mundo mortal, hacían de las suyas,
hombres que tocaban, hombres que enviaban a la tumba.
Una tormenta de mujeres bella(mente) ultrajadas
invitaban al Angel a aspirar con premura.

Mujeres guapísimas entre viles delincuentes
danzando, arañando y matando cual viles dementes.
¡Había muertes, engaños, conjuros, palabras soeces,
pecado puro para el paladar más exigente!

El Amo tomó el tenedor, ensartó a una chica,
su piel era tersa, su aroma era de caramelo.
La acercó a la estufa, y al grito de "¡pudrete, pendejo!",
ella supo como se asa un bombón en el Infierno.

Así fue como el Angel Oscuro ingenió con acierto
crear en la Tierra los más selectos criaderos,
malvaviscos y caramelos, pecando contentos.

Desde entonces existen las iglesias y los conventos.



DARK LORD OF THE SITH